Una gran red dentro y fuera de la escuela

La educación es el pilar fundamental sobre el que se sustenta el desarrollo de cada persona. No se trata solo de aprender una serie de materias y aprobar unos exámenes. La infancia y la adolescencia son las etapas de la vida en las que se conforma nuestro carácter y personalidad, en las que creamos nuestras redes vitales, en casa y en la escuela. Por eso es imprescindible para el crecimiento personal de las personas jóvenes, que entren en contacto con otros actores sociales, al margen del ámbito educativo.

Pasar tiempo con amistades, con personas que sean referentes para ellas y ellos y tener la oportunidad de conocer gente nueva, es un paso importante para descubrir su lugar en el mundo. Situando siempre a la chica o chico en el centro, debemos contribuir a hacer crecer su círculo de confianza, desde la infancia hasta la edad adulta. Así crecerán sintiéndose queridas y queridos y contando siempre con personas en las que apoyarse, para que en ese momento de hacerse adultas y adultos, cuenten con una red de seguridad. Algo esencial, pero que para la juventud tutelada puede ser todo un reto.

Para fomentar esas relaciones, un espacio de socialización muy importante para las niñas, niños y adolescentes es la escuela. Mejorar la convivencia en los centros educativos y construir escuelas más inclusivas y libres de acoso escolar es clave para crecer felices y en un entorno seguro. Un objetivo en el que trabajar entre todas y todos: alumnado, profesorado y familias. Con esta idea, nacen colaboraciones entre diferentes centros educativos e Igaxes, en los que llamamos Escuela de vida. Intervenciones que implican a toda la comunidad educativa, siempre en favor del bienestar de las niñas, niños, chicas y chicos.