El ingreso mínimo vital deja fuera a la juventud ex tutelada

 

El ingreso mínimo vital publicado hoy en el Boletín Oficial del Estado supone un avance decisivo par ala justicia social. Sin embargo, desde Igaxes consideramos un gran error que se fije en 23 años la edad mínima. Y que para solicitarlo sean necesarios otros 3 años previos de emancipación.

Esto excluye a la práctica totalidad de la juventud ex tutelada que se ve obligada a emanciparse sin el apoyo de una familia. Son jóvenes están en una situación especialmente vulnerable. Vivieron en centros de protección porque no tenían un hogar adecuado en el que vivir. No tienen una familia a la que volver cuando salen del sistema a partir de los 18 años.

Necesitan un trabajo para salir adelante. Pero sus opciones de futuro están ahora más mermadas que nunca. A raíz de la crisis sanitaria, sólo el 8,5% de la juventud ex tutelada está trabajando. Otro 10,8% está en situación de ERTE. Son datos de nuestro informe «Del confinamiento a la exclusión«, que presentamos el pasado 13 de mayo.

En este mismo informe esperábamos que el IMV sirviese «para que las personas con alto riesgo de exclusión, como la juventud tutelada y ex tutelada, no vean cronificada su situación de pobreza».

Sin embargo, el texto publicado hoy en el BOE se olvida por completo de este colectivo. Deberán esperar hasta los 23 años y llevar por lo menos 3 años emancipados para poder acogerse.

En Galicia, la media de emancipación de la juventud tutelada al amparo del Programa Mentor son los 19 años. Muchos acaban de perder su trabajo y muchos otros buscaban su primer contrato. Las y los jóvenes extranjeros se ven aun más afectados por este requisito. Si no encuentran otro empleo, perderán su permiso de trabajo antes de dos años.

Esta omisión es especialmente grave en la actual situación de crisis. Sectores prioritarios para la inserción de la juventud en riesgo, como la hostelería o el comercio, son los más afectados por los efectos del coronavirus. Una mayoría dependerán de rentas mínimas (RISGA) para poder subsistir.

Por eso desde Igaxes esperamos que esta omisión sea urgentemente subsanada. La juventud sin apoyo familiar no puede quedarse fuera del ingreso mínimo vital.

 

Primer paso hacia una renta básica universal 

En Galicia, seis de cada diez hogares vulnerables donde viven menores vieron agravada su situación a raíz de la crisis sanitaria. El IMV permitirá que muchas de ellas vean aliviada esta situación. Especialmente aquellas que no percibían ningún salario o tenían ingresos muy bajos.

La nueva renta presenta aciertos importantes, como la adaptación de la cuantía por número de hijas e hijos; la ayuda complementaria para familias monomarentales y monoparentales; o la asignación directa a las víctimas de trata y de violencia de género. También es de celebrar que sea compatible con el empleo y con otras rentas mínimas como la RISGA.

Con todo, entendemos el IMV sólo como un primer paso hacia una rena básica realmente universal. Sigue siendo urxente llegar a todas las personas y hogares vulnerables. Sólo desde una renta universal será posible acabar con la pobreza infantil y juvenil.