24 May Para leer detrás de las palabras
Para no asumir el discurso del odio en relación con las personas migrantes, debemos pararnos a analizar la realidad que existe detrás de las palabras.
MENA
Este acrónimo hace referencia a los Menores Extranjeros No Acompañados. El uso del acrónimo de forma genérica deshumaniza a las personas que están detrás de el: jóvenes que se han visto forzados/as a huir, bien por una situación de empobrecimiento, exclusión y falta de oportunidades, o bien buscando protección internacional a raíz de una situación de violencia en su país de origen.
EX-MENA
Este término hace referencia a los y las jóvenes que, después de llegar al país solos tras pasar por un proceso migratorio, alcanzan la mayoría de edad y dejan de estar bajo el sistema de protección de menores quedando, muchas veces, en una situación de gran vulnerabilidad. Muchos y muchas de ellas, aunque cuenten con un permiso de residencia, no tienen permiso de trabajo, lo que los releva a una situación de gran desprotección. Es importante no invisibilizarlos tras un acrónimo.
Llegada masiva de inmigrantes u oleada de inmigrantes
El uso de palabras como masiva u oleada provoca alarmismo y desinformación. Además, la cantidad de personas que huyen de sus países y llegan a Europa es mucho menor en relación con las que acogen los países del sur. De hecho, los estados que más personas refugiadas acogen son Turquía, Colombia, Pakistán, Uganda y Alemania.
Defender la frontera y garantizar la integridad territorial
Este tipo de afirmaciones llevan implícita la criminalización de las personas que migran y contribuyen a la construcción de un imaginario social a través del que se pasa a ver a las personas migrantes como enemigas. Migrar es un derecho humano y las personas que migran se encuentran, muchas veces, en situaciones en las que sus derechos fundamentales son vulnerados.
Devolución de inmigrantes
A pesar de que la Ley de Extranjería avala las devoluciones en caliente de personas migrantes detectadas en línea fronteriza, sería preciso, a través de este proceso, su previa identificación. Además, las expulsiones colectivas no están permitidas por ley y vulneran el derecho de las personas migrantes a un proceso individualizado de asilo y a un recurso efectivo. Por otro lado, los niños, niñas y adolescentes no pueden ser devueltas a su país de origen en ningún caso. El Comité de Derechos del Niño ya había reprobado a España por la devolución de un niño que saltó la valla de Melilla en 2014.
Imagen de Agostinho Iglesias, La Voz de Galicia