15 Jun La lucha por el bienestar de la juventud del Sistema de Protección: cambiar la realidad para mejorar su calidad de vida
Llegamos a unas elecciones generales en las que decidiremos, como cada cuatro años, el camino que debe tomar nuestra sociedad. Desde nuestro trabajo diario queremos pedir a todos los partidos, y mismo a la sociedad civil, que se impliquen con el bienestar de las chicas y chicos que salen del sistema de protección de menores. debemos garantizar su integración social y que sean quien de construir el futuro que ellas y ellos deseen.
Es responsabilidad de todas y todos, asegurar la equidad y la igualdad de oportunidades para aquellas niñas y niños en situación de vulnerabilidad, con especial atención a los que crecieron en el sistema de protección de menores. En la actualidad, son un colectivo que sufre de una altísima tasa de fracaso escolar, lo que complica su acceso a trabajos bien remunerados y estables. Esta dificultad para acceder a la estabilidad afecta también a la autoestima y a la salud mental.
El contexto actual, con los altísimos precios de la vivienda, el aumento de la cesta de la compra, el precio de la electricidad… Pone muy difícil a la gente joven la salida independiente de la vivienda familiar, de hecho la edad media de independencia en España se sitúa en los 30 años. A pesar de que en Galicia la cobertura para la juventud procedente del sistema de protección puede verse prolongada hasta los 25 años, estas chicas y chicos salen al mundo sin red y mucho antes que el resto de personas de su edad. Si algo va mal en su trayectoria laboral, carecen de una familia que les de soporte económico o les ofrezca una casa si no pueden hacer frente a los recibos.
Ante este contexto, llevamos preparando la transición a la vida adulta de 250 jóvenes cada año, que en muchos casos carecen del título de la ESO, y que a partir de los 25, o incluso antes, deben tener un empleo estable que les permita pagar mensualmente un alquiler y todos los gastos derivados del mismo. Percibimos la necesidad urgente de hacer un seguimiento posterior de estas personas que les permita contar con esa red que tiene, de forma natural, la mayoría de la juventud.
Debemos trabajar en un pacto de Estado por las y los jóvenes, que garantice la posibilidad de crear un plan de vida para las personas jóvenes, con especial atención a la juventud ex tutelada. Hay que trabajar desde ya en la equidad educativa, que les permita sortear la pesada mochila con la que cargan y que los conduce al fracaso escolar. Debemos reforzar la atención psicológica durante toda la infancia y juventud. Trabajar en el acceso a la vivienda, como pilar fundamental de la vida independiente y de la autoestima de la juventud. También compre garantizar el libre acceso a la cultura y a las actividades de ocio para las personas jóvenes que carezcan de los recursos necesarios.
Atender a la infancia y a la juventud cuidando de su salud mental y correcto desarrollo y trabajar en la erradicación del fracaso escolar es algo en el que todas y todos tenemos que estar de acuerdo. No hacerlo es perder una oportunidad, no solo de tener una sociedad más justa, sino también una sociedad más saludable, segura y competente en un mundo cada vez más globalizado.
Foto: Agostiño Iglesias
Programa cofinanciado por el FSE+Galicia