La llegada a una vivienda asistida. Una oportunidad que se abre

Abrir la puerta, mirar las paredes blancas, los espacios vacíos y empezar a imaginar un hogar. Desempaquetar tus cosas y empezar a llenar cajones y armarios. Decidir cual va a ser el dentífrico que vas a emplear en “tu casa” y ponerte las zapatillas para comenzar el último paso de la mudanza.

Para las chicas y chicos que llegan a una vivienda asistida del Programa de tránsito a la vida adulta, autonomía y emancipación para personas en situación de vulnerabilidad en zonas no urbanas, la entrada es un momento importante, pero también emotivo. Con cuidado, desempaquetar sus pertenencias, imaginar cómo ese espacio, aún frío, se convertirá en un nuevo hogar, en el lugar donde empezarár a construir una nueva vida.

Necesitarán trabajo, preparación, amigos y amigas, un proyecto de vida que les pertenezca. Cada objeto te puede recuerdar momentos, situaciones y personas que marcaron tu vida hasta ese momento. Pero ahora, es tiempo de avanzar y construir un futuro. Con la ayuda de las educadoras y técnicas de inserción laboral las chicas y los chicos, van a comenzar a dar forma a su vida.

Aunque emocionados por lo que está por venir, saben que el camino no será fácil y que habrá obstáculos que tendrán que superar. No se pueden permitir fallar, porque no tienen una familia a la que volver. Necesitan un trabajo, una formación, una vida autónoma y lo necesitan lo antes posible. Aunque tengan miedo, saben que deben que seguir adelante y superar los desafíos que les esperan.

Finalmente,  llega la una última caja, el momento de mirar una nueva casa.  Saben que son las y los protagonistas de su propia vida y que deben construir su futuro con ilusión y determinación. La vida está delante de ellas y ellos, y están preparados para conquistarla.

Consellería de Política Social e Xuventude. Financiado por la Unión Europea Fondos NextGenerationEU. Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. PRTR.